El concepto “desarrollo sostenible” supuso el primer paso hacia un cambio de paradigma en los sistemas económicos y productivos imperantes hasta los años setenta del siglo XX. Hasta entonces, los recursos se habían considerado mayoritariamente inagotables, e infinita la capacidad portante del Planeta visto como un gran ecosistema. Igualmente, las politicas y actuaciones habían sido más de carácter correctivo que preventivo. Hasta que el daño ambiental no era manifiesto, no se actuaba.
La legislación ambiental en los países desarrollados empezo a crecer a partir de los años setenta. Principalmente, se orientaba a establecer límites a las emisiones y vertidos de ciertos contaminantes. En la década de los ochenta, los gobiernos vieron la necesidad de abordar estrategias más amplias, regular aguas arriba, incluyendo consumos, así como, adoptar el principio de “prevencion”.